viernes, 8 de noviembre de 2013

El bolígrafo de la suerte

Carla una chica de seis años estaba disfrutando de sus últimos días de verano cuando su abuela Teresa llegó de viaje de Alemania. Tras haber estado allí, como de costumbre traía algún que otro regalito para su nieta. Le regaló una camiseta, unos zapatos y por último un bolígrafo rosa precioso. Este bolígrafo le encantó a Carla y como en pocos días empezaba el colegio decidió llevárselo en su estuche.
Una vez que el curso comenzó a marchar ella utilizaba su bolígrafo para hacer todos sus exámenes y en todos sacaba más de un nueve, para ella éste era considerado su bolígrafo de la suerte. Constantemente, Carla le daba las gracias a su abuela por haberle regalado este bolígrafo y la consideraba la mejor por haberle hecho dicho regalo.
A medida que el curso iba avanzando el estuche de Carla cada vez estaba más sucio y su madre decidió lavárselo. Al día siguiente la madre le volvió a meter todas las cosas en su estuche y metió éste en la maleta de su hija. Al llegar Carla al colegio cogió el estuche para tomar su bolígrafo, empezó a buscarlo y sorprendentemente éste no estaba. Ella se quedó con cara de asustada y comenzó a pensar que iba a suspender el examen ya que no tenía su boli.
Tras acabar el día en el colegio fue corriendo hacia su casa y nada más entrar por la puerta comenzó a gritar y hacer preguntas una detrás de otra.

-¡Mamá, mamá! ¿Que has hecho con mi bolígrafo?-gritó Carla

-¿Qué bolígrafo cariño?-respondió la madre

-Sí, sí mamá el bolígrafo que me trajo la abuela de Alemania, mi bolígrafo de la suerte-dijo muy nerviosa Carla

-Pues no sé cielo, seguramente lo habrás perdido o te lo habrás dejado en tu mesa de estudio-dijo la madre

-¡Que no mamá! ¡Es imposible! Tu fuiste la última en coger mi estuche-dijo casi llorando la chica

-Pues no sé, si quieres busca en el cuarto de la lavadora o en el salón a ver si está por algún lado-dijo su madre

Carla comenzó a buscar como una loca por toda la casa, pero desgraciadamente no consiguió encontrar nada a pesar de que se pasó horas y horas buscando el bolígrafo, pero nada...
Durante varios días ella estuvo bastante triste ya que pensaba que a partir de ahora iba a suspender todos sus exámenes y que ya iba a dejar de ser la niña más lista de su clase. Su abuela acudió a su casa rapidamente al enterarse de que su nieta estaba bastante triste. Teresa tuvo que subir las escaleras e ir a buscar a su nieta a su habitación, ésta estaba tirada en la cama mirando al techo y casi llorando.

-¿Qué te pasa pequeña?-Preguntó la abuela

-Pues que he perdido el bolígrafo que me trajiste de Alemania...-dijo en tono triste

-Bueno, no te preocupes tan sólo era un bolígrafo-dijo su abuela

-No abuela, no era un bolígrafo cualquiera, era mi bolígrafo de la suerte gracias al cual conseguía aprobar con muy buena nota todos mis exámenes y por culpa de haberlo perdido ya dejaré de sacar tan buenas notas.-respondió enfadada la niña.

-Pequeñaja, ya se que era tu bolígrafo de la suerte, y que no te gustaría haberlo perdido, pero piensa que tal vez ahora ese bolígrafo lo tenga alguien que necesite la suerte para los exámenes mucho más que tú, así que debes de ser positiva y estar feliz ya que estás ayudando a otras personas las cuales no tienen tanta suerte a la hora de hacer sus exámenes.-dijo su abuela

-Bueno, pues entonces no tengo por qué estar triste, si estoy ayudando a los demás ¿no?

-Claro que no cariño, ahora lo que tienes que seguir haciendo es estudiar para cada uno de tus exámenes como si fuera el único como has estado haciendo hasta ahora y así te darás cuenta de que no es la suerte la que te hace aprobar con buena nota si no que eres tu la que con tu esfuerzo y tu sacrificio consigues buenos resultados.

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