Carla una chica de seis años estaba disfrutando de sus
últimos días de verano cuando su abuela Teresa llegó de viaje de
Alemania. Tras haber estado allí, como de costumbre traía algún
que otro regalito para su nieta. Le regaló una camiseta, unos
zapatos y por último un bolígrafo rosa precioso. Este bolígrafo le
encantó a Carla y como en pocos días empezaba el colegio decidió
llevárselo en su estuche.
Una vez que el curso comenzó a marchar ella utilizaba
su bolígrafo para hacer todos sus exámenes y en todos sacaba más
de un nueve, para ella éste era considerado su bolígrafo de la
suerte. Constantemente, Carla le daba las gracias a su abuela por
haberle regalado este bolígrafo y la consideraba la mejor por
haberle hecho dicho regalo.
A medida que el curso iba avanzando el estuche de Carla
cada vez estaba más sucio y su madre decidió lavárselo. Al día
siguiente la madre le volvió a meter todas las cosas en su estuche y
metió éste en la maleta de su hija. Al llegar Carla al colegio
cogió el estuche para tomar su bolígrafo, empezó a buscarlo y
sorprendentemente éste no estaba. Ella se quedó con cara de
asustada y comenzó a pensar que iba a suspender el examen ya que no
tenía su boli.
Tras acabar el día en el colegio fue corriendo hacia su
casa y nada más entrar por la puerta comenzó a gritar y hacer
preguntas una detrás de otra.
-¡Mamá, mamá! ¿Que has hecho con mi bolígrafo?-gritó
Carla
-¿Qué bolígrafo cariño?-respondió la madre
-Sí, sí mamá el bolígrafo que me trajo la abuela de
Alemania, mi bolígrafo de la suerte-dijo muy nerviosa Carla
-Pues no sé cielo, seguramente lo habrás perdido o te
lo habrás dejado en tu mesa de estudio-dijo la madre
-¡Que no mamá! ¡Es imposible! Tu fuiste la última en
coger mi estuche-dijo casi llorando la chica
-Pues no sé, si quieres busca en el cuarto de la
lavadora o en el salón a ver si está por algún lado-dijo su madre
Carla comenzó a buscar como una loca por toda la casa,
pero desgraciadamente no consiguió encontrar nada a pesar de que se
pasó horas y horas buscando el bolígrafo, pero nada...
Durante varios días ella estuvo bastante triste ya que
pensaba que a partir de ahora iba a suspender todos sus exámenes y
que ya iba a dejar de ser la niña más lista de su clase. Su abuela
acudió a su casa rapidamente al enterarse de que su nieta estaba
bastante triste. Teresa tuvo que subir las escaleras e ir a buscar a
su nieta a su habitación, ésta estaba tirada en la cama mirando al
techo y casi llorando.
-¿Qué te pasa pequeña?-Preguntó la abuela
-Pues que he perdido el bolígrafo que me trajiste de
Alemania...-dijo en tono triste
-Bueno, no te preocupes tan sólo era un bolígrafo-dijo
su abuela
-No abuela, no era un bolígrafo cualquiera, era mi
bolígrafo de la suerte gracias al cual conseguía aprobar con muy
buena nota todos mis exámenes y por culpa de haberlo perdido ya
dejaré de sacar tan buenas notas.-respondió enfadada la niña.
-Pequeñaja, ya se que era tu bolígrafo de la suerte, y
que no te gustaría haberlo perdido, pero piensa que tal vez ahora
ese bolígrafo lo tenga alguien que necesite la suerte para los
exámenes mucho más que tú, así que debes de ser positiva y estar
feliz ya que estás ayudando a otras personas las cuales no tienen
tanta suerte a la hora de hacer sus exámenes.-dijo su abuela
-Bueno, pues entonces no tengo por qué estar triste, si
estoy ayudando a los demás ¿no?
-Claro que no cariño, ahora lo que tienes que seguir
haciendo es estudiar para cada uno de tus exámenes como si fuera el
único como has estado haciendo hasta ahora y así te darás cuenta
de que no es la suerte la que te hace aprobar con buena nota si no
que eres tu la que con tu esfuerzo y tu sacrificio consigues buenos
resultados.
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