Érase
una vez un niño llamado Marcos que vivía en el pequeño pueblo de
Grazalema. El pequeño adoraba ayudar a su madre a cocinar le daba
igual cocinar verduras que carne, como si tenía que llevarse una
tarde entera haciendo una tarta enorme. Este gusto por la cocina lo
había heredado de su madre ya que a ella también le encantaba
cocinar y además era la cocinera de un bar del pueblo.
Marcos
fue haciéndose mayor y cada vez tenía mucho más claro que su sueño
era dedicarse a la cocina pero no quería contárselo a sus padres ya
que estos no lo iban a apoyar porque su madre desgraciadamente no
había tenido mucha suerte dedicándose a ello.
Cuando
Marcos estaba acabando tercero de la E.S.O tenía que decidir que
itinerario quería y para ello tenía que saber qué carrera quería
hacer en un futuro. Su madre llegó de la reunión que habían hecho
en el instituto y se sentó con Marcos en la mesa del salón para
hablar a cerca de qué carrera quería hacer. Inmediatamente su madre
se sentó junto a él y le dijo:
-Bueno
Marcos, ¿ya tienes claro a qué te quieres dedicar en un futuro?
-Hay
algo que me gusta bastante pero no sé si va a poder ser...-respondió
desanimado Marcos
-¿Quieres
ser veterinario verdad? Lo sabía, siempre te he visto muy contento
cuando estás con los animales y ya se cual es tu preocupación. Tu
estás preocupado porque tu padre y yo no vamos a poder pagarte la
carrera ¿verdad? No tienes de que preocuparte tu padre a partir de
este año va a comenzar a trabajar horas extras y yo voy a intentar
trabajar limpiando casas o cuidando ancianos
por
las mañanas antes de ir al bar.
-Mmm...
muchas gracias mamá por preocuparte por mí y por mis estudios pero
no es a eso a lo que me quiero dedicar – dijo Marcos
-¿Entonces?
¿A qué te quieres dedicar? ¿Quieres ser médico? ¿Ingeniero?
¿Arquitecto?
-No
exactamente - respondió Marcos preocupado
-Entonces
¿qué deseas estudiar? - preguntó su madre
-Me
gustaría hacer un módulo de cocina como estudiaste tú y
posteriormente seguir formándome como tal – dijo Marcos
-¿Estás
loco? ¿Crees de verdad que vas a encontrar trabajo como cocinero?
Parece que no te das cuenta de la situación económica que tenemos
en casa por culpa de que trabajo como una simple cocinera en un
pequeño bar y tu padre como albañil pues con esto de la crisis está
aún peor que yo y te aseguro que ni él ni yo queremos que tengas
que estar con el dinero como estamos nosotros ahora sin saber como
llegar a fin de mes. Además creo que sacas muy buenas notas como
para no hacer una carrera universitaria - dijo la madre intentando
hacer cambiar a su hijo de opinión
-Al
menos tienes trabajo ya que hay muchísima gente que no tiene ni para
comer así que deberías de estar agradecida, y respecto a lo de las
notas yo pienso que debo de hacer lo que me guste y es más, no
pienso ser un cocinero cualquiera, quiero ser el mejor cocinero y con
sacrificio y esfuerzo lo voy a conseguir. - dijo convencido y con
tono enfadado
-Pero
cariño, tu padre y yo queremos lo mejor para ti y queremos que hagas
una carrera en la que puedas tener un mejor futuro – respondió la
madre intentando de nuevo hacerlo cambiar de opinión.
-¡Mamá
no entiendes que es lo que me gusta! Solo te centras en que te
gustaría que hiciera una carrera como veterinario o médico pero eso
no es lo que me gusta a mí, es lo que a ti te gustaría. - respondió
enfadado Marcos y se fue corriendo hacia su habitación.
Marcos
se llevó una semana sin hablarle a sus padres ya que ellos no
apoyaban su sueño, pero un día su madre fue a la habitación donde
el se encontraba y le dijo:
-Cariño,
tal vez me equivoqué y llevabas razón... Cocinar es tu sueño y lo
de ser veterinario o arquitecto era mi sueño y no el tuyo y por
desgracia no pude estudiar ninguna de esas carreras porque no había
el dinero suficiente en mi casa como para que yo pudiera hacer unos
estudios universitarios y por ello tuve que dedicarme a la cocina, me
encantaba cocinar, sí, lo reconozco pero no era mi sueño dedicarme
a esto. Me dolió muchísimo no poder dedicarme a lo que me gustaba
por ello eres libre a dedicarte a lo que desees y a lo que te llene
porque no hay nada mejor que dedicarte a lo que realmente te gusta. -
dijo con mucho cariño su madre
-¡Gracias
mamá! Muchísimas gracias por apoyarme, eres la mejor.