Natalia
era una chica de trece años de edad que vivía en una pequeña casa
con sus dos hermanos Pablo y Laura, su padre que trabajaba en una
pequeña fábrica y con su madre que se dedicaba a cuidar de los
pequeños con la ayuda de Natalia.
La
chica había tenido muy buenos cumpleaños cuando era pequeña y en
su casa sus padres trabajaban y tenían buenos sueldos, por suerte lo
celebraba con sus dos hermanos ya que los tres cumplían años en el
mismo mes. Cuando Natalia iba a cumplir sus catorce años tenía unas
ganas increíbles de celebrarlo por tanto decidió comentárselo a su
madre.
-Mamá,
he pensado que como este mes es mi cumpleaños y el de mis hermanos
pues me gustaría celebrarlo como cuando eramos pequeños los tres
juntos con toda la familia y además invitar a mis amigos – dijo
Natalia a su madre
-Cariño,
sabes que a mi y a tu padre nos encantaría poder celebraros el
cumpleaños a los tres pero por mala suerte yo no encuentro trabajo
en ningún sitio y papá en la fábrica cobra bastante poco. Te
prometo que en el momento en el que encontremos ambos un trabajo
mejor te lo celebraremos. - dijo la madre bastante preocupada
-No
pasa nada mamá, no te preocupes, otra vez será – dijo la pequeña
La
pobre Natalia se fue bastante triste a su habitación pero decidió
no preocuparse y pensar que si no era al cumplir catorce años tal
vez sería más adelante.
La
madre de Natalia decidió contarle a su marido lo que le había dicho
su hija a cerca del cumpleaños, ambos estuvieron pensando durante
unos minutos y el padre dijo:
-¡María!
Y si llamamos a toda la familia y a todos los amigos de nuestros
hijos y les decimos que para la comida y un buen regalo para los tres
podríamos poner todos de nuestra parte, es decir, cada uno de los
invitados que traiga algo de comer y para el regalo ponemos todos de
nuestra parte también – dijo muy convencido el padre de los niños
-¡Es
verdad Manuel! No se me había ocurrido, que cada persona traiga algo
y nosotros ponemos las bebidas y a parte entre todos podemos comprar
un muy buen regalo que sea para los tres – dijo contenta la madre
Una
semana después María encargó a su hija Natalia que se encargara de
cuidar a sus hermanos, mientras que ésta estaba en el parque con sus
hermanos su familia se encargó de decorar todo para el cumpleaños y
que así cuando los tres llegaran a casa vieran la fiesta que su
familia les había preparado.
Natalia
fue inmediatamente con los pequeños a su casa después de su madre
llamarla y sin esperárselo ninguno al entrar chillaron todas las
personas que se encontraban allí:
-¡SORPRESA!
¡SORPRESA!
Los
tres se quedaron alucinados y sin duda este cumpleaños fue uno de
los mejores de sus vidas, los hermanos se lo agradecieron a sus
padres, a la familia y a todos sus amigos el gran cumpleaños que le
habían hecho y sin duda para ellos este era el mejor regalo que le
podían haber hecho.
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