sábado, 26 de octubre de 2013

IMPOSIBLE OLVIDAR


Esta es la historia de Miranda una chica que cuando era niña la llevaron a un museo. Estaba con sus padres, todos cogidos de la mano, todo iba perfectamente bien. Solo tenía unos siete años o quizás menos. Iban a salir del museo, cuando vio en las afueras, apoyada a la pared a una anciana. Era evidentemente una vagabunda, su cabello estaba gris, sus ojos sobresalían entre su rostro por el polvo y la suciedad. Su ropa estaba mugrienta.
Esos ojos solitarios la siguieron. Se quedó mirando a la anciana y ella se levantó, como si fuera a decirle algo. Entonces giró y todos se estaban alejando. Corrió y la anciana no pudo seguirla. Estaba asustada pero su madre creyó que solo era una vagabunda y nada más.

Años después, cuando ya tenia catorce años, estaba en una fiesta Ya eran casi las doce y sus padres no llegaban. Todo estaba iluminado por las luces amarillas y brillantes d las farolas.
Entonces, giró porque escuchó un sonido, como de algo arrastrándose.
Vio una figura de gris, con un cabello largo y enmarañado. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo y cogió el brazo de una amiga. NO tenía tiempo para explicar la historia, pero reconoció a la anciana de hace años.
Tuvo mucho miedo, quería volver. Se iba acercando más en el silencio de la calle.
Entonces, cuando sintió que ya no podía hacer nada más que enfrenarse a la anciana, alguien se puso a su lado.
Era una pareja joven que esperaban para tomar un taxi. Hablaban despreocupadamente y la anciana se acercó hasta ellos.

-Una limosna...-dijo, extendiendo su mano.
El cabello le cubría casi todo el rostro, la chica la observaba de reojo, con miedo a que la reconociera.

-¡No tenemos nada! -exclamó el hombre muy irritado y su novia se alejó con un poco de asco.

A Miranda le dio pena la anciana. Y ésta, como leyendo sus pensamientos levantó la cabeza.
Uno de sus ojos se clavó en la cara de Miranda y sintió que se ponía pálida.-
Pudo ver que el ojo se cerraba y luego miraba de nuevo a la pareja.

Arrastrando los pies la anciana desapareció.

Con una risa algo nasal y una tos algo fuerte la anciana desapareció en unos segundos y la pareja cruzó la calle.
Ahí fue cuando ocurrió.
Vio como un coche llegaba a una velocidad increíble y los chocaba de una manera tan brutal, que el hombre salió disparado y su novia quedó tirada en el suelo, con la marca de las ruedas. Se quedó paralizada y segundos después comenzó gritar para pedir ayuda. Estaban muertos.
Esa noche la policía llegó y sus padres la recogieron.
Cada cierto tiempo, se ve a la anciana por las calles. 
Tal vez lo que ella dijo era verdad...
Una cara jamás se olvida.
Miranda no olvidó la de ella y seguro que ella no ha olvidado la de Miranda

No hay comentarios:

Publicar un comentario