Claudia era una chica que vivía en una pequeña casa con su familia, ésta era muy delgada y tenía dieciséis años, además, le encantaban los idiomas, sobre todo el inglés y quería en un futuro poder dedicarse a ello. Ella continuamente le pedía a sus padres que se quería ir de intercambio o de viaje a Londres pero evidentemente sus padres no se podían permitir pagar dicho viaje ya que su madre no trabajaba y su padre trabajaba en una pequeña fábrica en la que ganaba muy poco dinero con el que tan solo podían comprar la comida para sus cuatro hijos y poco más.
Sus padres quería regalarle a su hija dicho viaje ya
que se lo merecía, era una chica que ayudaba en casa, sacaba buenas
notas, cuidaba de sus hermanos pequeños... pero desafortunadamente
no contaban con el dinero suficiente como para pagarle a su hija un
viaje. Los padres de Claudia llevaban años ahorrando para ello,
hacía al menos ocho años que sus padres estaban llenando una hucha
de un cerdito pero a pesar de ello aún no estaba llena.
Un día sus padres decidieron partir la hucha para ver
cuánto dinero había en ella, vieron que había dinero suficiente
pero que con este dinero Claudia tan solo podría ir a una casa ya
que con lo que tenían en la hucha no les daba para una residencia y
menos para un hotel. A la mañana siguiente los padres de Claudia se
lo comunicaron y ella se puso contentísima, fue al colegio
contándoselo a todo el mundo, era su sueño y estaba a punto de
cumplirse.
Al pasar varias semanas el padre de Claudia llegó del
trabajo bastante decaído e inmediatamente Raúl, uno de los hermanos
de ésta le preguntó:
-¿Qué te pasa papá? - Bastante preocupado
-Nada cariño... son cosas que tengo que hablar con tu
madre – explicó el padre
Luego, cuando los niños estaban comiendo el padre
comenzó a contarle a la madre qué le ocurría y desgraciadamente
traía una muy mala noticia, la fábrica iba a cerrar ya que el dueño
estaba comenzando a perder grandes cantidades de dinero con ella.
La madre comenzó a llorar ya que ésto significaba que
iban a comenzar a encontrarse en una situación peor aún ya que en
esta casa habría cero ingresos. Claudia al oír llorar a su madre
fue a ver que le pasaba, al contárselo sus padres a ella lo primero
que le vino a la cabeza fue que ahora ella no podría ir al viaje ya
que éstos eran los únicos ahorros que ellos tenían.
La chica se enfadó bastante, pero comprendía cual era
la situación de sus padres, por tanto decidió comenzar a trabajar
en un bar cercano a su casa con el que podría ayudar a su familia a
salir adelante y además de ello conseguiría ahorrar un poco para
poder pagarse el viaje, al o mejor no ese mismo año en el que tenía
pensado ir pero sí ocho años más tarde ahorrado tan bien como sus
padres lo habían hecho para que a ella no le faltara nada.
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