Wilson
era un oso que adoraba los animales, tenía peces, dos perros, un
gato y su último animal fue una cobaya preciosa. A Wilson le
encantaba su cobaya y pasar horas jugando con ella, sus padres, los
grandres osos, al ver que el pobre animal estaba solito siempre en la
jaula y que a Wilson le encantaba cuidarlo decidieron regalarle otra
por su cumpleaños. Metieron a las dos cobayas en la misma jaula la
primera, Luna, que era la hembra y la segunda, Smith, que era el
macho. Al meter Wilson a Smith en la jaula comenzó a observar como
ambos animales se comportaban y luego decidió irse a estudiar.
-¿Qué
eres nuevo? - Preguntó Luna a su nuevo compañero de jaula
-Pues
sí, soy Smith – dijo la cobaya
-Pues
me venía bien tener un amigo en la jaula, hacía mucho tiempo que
estaba sola – dijo contenta
Al
pasar un rato el pobre Smith se quedó enganchado en unos barrotes
con su pata trasera derecha
-¡Ayudame
Luna! Me he quedado aquí enganchado – gritó Smith
-Jajaja
eso me ha pasado a mi muchas veces, jala un poquito que no pasa nada
– dijo en tono chulesco Luna
Pero
por mala suerte al jalar tanto, Smith se rompió una pata y su dueña
lo tuvo que llevar al veterinario, éste le aconsejó que lo metiera
solo en una pequeña jaula para que no moviera la pata. Tras ocurrir
esto Luna se quedó sola de nuevo en la jaula durante más de un mes
a pesar de que ella lo que quería era estar acompañada y todo por
no haber ayudado a su compañero Smith.
MORALEJA:
Cuando tengas que ayudar bajo ningún concepto lo vayas a rechazar
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